Cuando tus padres te dicen que eres inteligentísimo, los profesores te ponen buenas notas y te apuntan en olimpiadas matemáticas, petroleras o te ponen en clases especiales pero especiales de verdad no de esas vainas con casco terminas yendo por la vida como una persona muy inmamable porque piensas que la solución a las cosas es similar a la respuesta de un examen.
Piensas que si escribes un mensaje lo suficientemente asertivo, estructurado y completo vas a poder convencer a los demás. Mientras más largo el mensaje, más vas a convencer y lo que no nos damos cuenta es que lo que estamos es construyendo un muro de texto para superar nuestros traumas.
Una de mis cuentas favoritas es Internal Tech Emails porque está llena de joyas corporativas enviadas por gente absolutamente rota, brillante y salvaje en lo que en muchos casos esperan sean documentos privados. Acá Zuckerberg frustrado porque no pudo comprar Snapchat.
Seis billones de dólares. Damn.
En muchos emails de la cuenta hay un subtexto y jerarquía que nace de la asimetría de muchas conversaciones. Es común que los CEOs y dueños de las empresas sueltan un Thanks o un Sure EOM, pero los jalabolas y empleados justifican su existencia con su exceso de letras. Lo sé porque yo he sido ese jalabola. Incluso estas semanas que he estado empezando un nuevo proyecto me encuentro escribiendo vainas que luego 2 horas más tarde pienso “no bueno, menos mal que no estoy soltero porque casi que le ofrezco que se coja a mi esposa”.
La otra alternativa es actuar como el autista misterioso que esconde su genialidad y no paga impuestos.
Una de mis pocas habilidades es detectar inteligencia real y distinguirla de la elocuencia. Hoy en día hay mucho payaso elocuente de la talla de Tim Pool, Ben Shapiro y otros idiotas que hablan a la velocidad de la luz con esdrújulas que no han aportado una sola idea original de sus cabezas. En mi trabajo anterior hubo un desarrollador que literalmente fue despedido porque no paraba de ladillar a su manager para hablar paja de la empresa y los jefes por Slack. Lo peor es que un día me senté con él para hablar y su respuesta fue en plan “no tengo ningún problema, estoy contento en el equipo” y toda su elocuencia digital se desvaneció cuando se sentó enfrente de un carajo de 100kg y 1.84m.
Hablar rápido y debatir no es inteligencia, es elocuencia. La elocuencia no resuelve problemas, no es verdaderamente creativa y la única razón por la que la consideramos un signo de inteligencia es porque al receptor le cuesta seguirle la línea al locutor. De hecho, yo defendería que la elocuencia y la admiración moderna que le tenemos a gente auténticamente BRUTA muchas veces es un mecanismo de respuesta al trauma. No estoy jodiendo.
No es casualidad que la INMENSA mayoría de los podcasts, influencers e intelligentsia son gente atractiva. Se montan relaciones parasociales disfrazadas por la excusa de informarse. Pero estos podcasts no informan, son partisanos, propagandistas y honestamente insoportables. Se alimentan de debates irrelevantes que no van a llegar a NADA porque nadie con un mínimo de autoridad les va a hacer caso.
En estos días el anfitrión de TRIGGERnometry admitió que estaba equivocado sobre su optimismo del auge de los podcasts luego que dos pajúos (un comediante y un propagandista) debatieran en Joe Rogan.
Bros, ¿ustedes creen que Hamas estaba pendiente lo que decían los invitados de Joe Rogan el 7 de Octubre? ¿O que Bibi Netanyahu está abierto al Marketplace of Ideas™? Este es el mapa de bombardeo de Gaza.
Fundamentalmente estos podcasts no son sobre comedia o política, son un trauma response a una epidemia de soledad y miedo. Se han creado multitudes de personajes imaginarios que nos amenazan y tenemos que pasar horas escuchando qué hacer para detenerlos. ¿Cómo evitar que los trans entren al baño? ¿Cómo deportar a los inmigrantes? ¿Cómo disolver Israel? ¿Cómo derrotar a Hamas? ¿Cómo vivir para siempre? ¿Hay sobrepoblación? ¿En Japón se están quedando sin gente? ¿Se calienta el planeta? ¿Qué son esas nubes que dejan los aviones? ¿Ese culturista de 40 años que se murió estaba vacunado?
Y la solución a estos miedos son auténticos cuentos de cuna. La gente que nos convenció que estos problemas son PRIORITARIOS merecen que te acuestes con ansiedad viendo el teléfono y pases horas escuchándolos darle vueltas una y otra vez al mismo tema, haciendo los mismos chistes y si quieres puedes pagar una suscripción al mes para escuchar AÚN MÁS HORAS de la misma mierda. También te puedes comprar una taza que dice “leftist tears”. Bro, no hay nadie in the room with you leyendo la taza, y si lo hay… ¿qué estás haciendo? ¿Ven? Yo mismo me acabo de inventar un carajo que se compró una taza que dice leftist tears y está bebiendo café en su cuarto sin nadie que se ría de su chiste. Yo no conozco a esta persona.
Para reforzar mi punto analicemos este chiste:
Independientemente de lo que opines sobre la identidad de género, la única razón para que este “chiste” de mierda sigue existiendo no es para dar risa, es para arrullarte. Es una especie de apretón de manos social donde todo el mundo en esa sala decide que ellos no están locos.
A menos que tú seas trans, o alguien verdaderamente cercano, esto no es un problema real de tu vida. Es como que yo me acerque a alguien y le diga que estoy arrecho que Redfall salió a 30fps y no estaba a la altura de los títulos anteriores de Arkane porque abandonaron su filosofía de diseño. Pero no, este chiste es parte de un auténtico psyop. Nadie puede ser tan estúpido para reírse una y otra vez del mismo chiste. Lo único de lo que te puedes reír una y otra vez es este meme:
hahaha, qué buen meme. Dios. Pido perdón, seguimos. Igual escribí más a fondo de ese tema en su momento.
Por la época de la universidad un amigo terminó con su novia de varios años y luego de meses fue que nos contó. Su explicación en el momento fue “no quería decírselo a nadie porque sentía que mientras más lo contaba más se hacía una realidad”, o algo así me dijo. Esa conversación inocente que seguro él ni recuerda se ha quedado conmigo desde entonces. Si bien no podemos manifestar algo solo con palabras, es verdad que las cosas se sienten más reales cuando se dicen en voz alta y eso es un arma de doble filo.
También por esos tiempos en los que tenía cabello, un terrible sentido de la moda y recién había salido World of Warcraft, una chama de la que estaba unilateralmente enamoradísimo me rebotó. No voy a entrar en detalles pero me dolió burda y decidí escribirle una cartilla explicando lo que yo sentía por ella. Así habrá sido mi nivel de trauma que literalmente no recuerdo NADA de esa carta. Ojo, claramente no era una carta llena de frustración en plan “¿POR QUÉ NO ME DAS CULO, PUTA?” sino una declaración de amor que haría un adolescente con un blog tratando de compartir un sentimiento que era incapaz de decirle a nadie en el mundo entero porque mis amigos me iban a llamar jalabola y yo no tenía ni una figura paterna que me pudiera dar consejos. Solo que la escribí a mano y se la di al día siguiente. Lo peor es que no fue que me rebotaron en plan “Cris, esto no puede ser entre nosotros 😔😔😔” sino fue una vaina en plan “me siento rara que siempre me invites como que unos planes solos y eso no va a pasar pues 😕” pero en lugar de decir “jajaj era jodiendo caíte 🤪” mi bajo autoestima decidió que mi respuesta iba a ser escribir un ensayo en papel oficio. Cristian Kafka pues.
Estoy seguro que la hice sentir incómoda, que mis amigos pensaron que yo era una mezcla entre perdedor y jalabola, y hablaron paja pareja de mi hazaña. En retrospectiva, ojalá haber tenido más herramientas y confianza en mí mismo para no forzar las cosas pero a día de hoy aún somos amigos así que al menos la carta fue bonita y espero lo recuerde con cierto cariño y no con la profunda vergüenza que me da siquiera pensar en esa situación. Tampoco quiero sonar muy despectivo porque al final es un sentimiento que honestamente solo he tenido un par de veces más. Mi punto es que con el tiempo de esa situación he aprendido que no se puede manifestar una realidad simplemente argumentándola.
Entiendo que haya alguien que lea esto y piense que estoy viendo el mundo a través del lente de psychology speak o alguna mierda post-modernista anti-ciencia, pero no. De la misma manera que hay que analizar nuestro cuerpo y lesiones para afrontar problemas atléticos y físicos, tenemos que analizar nuestra mente y traumas emocionales para afrontar problemas intelectuales.
El Mucho Texto™ no funciona, no es una estrategia o un camino a una victoria. Ganar un debate con tu pareja o amigo no es solo una victoria, es convertir a alguien que amas en un perdedor y eso puede ser muy doloroso para una relación. Darle tarea de lectura a tus seres queridos no va a solucionar problemas reales o cambiar las cosas. Es un significado vacío. Seguro, hay veces que hay que ser muy preciso y extenso en lo que tenemos que decir pero yo diría que a ese punto ya se han cometido demasiados errores de estrategia y no se van a solucionar con una acción tan táctica como lo es escribir un pergamino. El Mucho Texto™ es una tendinitis intelectual, es un grito de ayuda.
Antes de escribir una parrafada es un buen momento para preguntarnos desde lo más profundo de nuestros corazones sino es simplemente mejor entrarse a coñazos o escribir “cállate la boca maldito pajúo”. Abajo los muros de texto como este artículo de +1600 palabras.
Una Bulla
Gracias por el apoyo a: Athenea, Carlos, Cesar, Malbanyat, Ciro, Daniel, Daniel C., Daniel P., Elena, Elias, Fabian, Gabo, Guillermo, Hugo, Ina, Isni, Jose, Jose Javier, Juan, Lino, Melecio, Nacho, Moi, Nei, Paolo, Ricardo y Rodrigo.
MEMAZO
“he aprendido que no se puede manifestar una realidad simplemente argumentándola.” Esto es un buen insight que la gente que tiene ese urge de explicarse extensivamente aprende(rá) a los coñazos.