La primera vez que vi Star Wars fue en VHS alquilado de un videoclub de la Urbanización Miranda con unos 6 o 7 años, luego la pasarían en episodios de 20 minutos cortados en Televen o algún canal de esos que hoy en día cerraron o está a nombre de algún testaferro del chavismo. Luego tuve varios juguetes de acción, videojuegos y mi abuelo me llevaría a ver el Retorno del Jedi cuando sacaron el remaster en 1997. Todo lo que rodeaba a Star Wars tenía un encanto especial, una creatividad única que era difícil de conseguir en el imaginario venezolano.
Pero creo que el momento que mi curiosidad explotó fue un día viendo Discovery Channel en un programa llamado simplemente Movie Magic mencionaron al Skywalker Ranch. En esa época no había Internet, entonces cuando te enterabas de algo le tocaba a tu imaginación construir el resto por años.
Nunca conocí a nadie que compartiera mi emoción por este programa. Todo el mundo me decía lo estúpido que era que mi fascinación por las películas que me gustaban solo era comparable con mi fascinación por cómo se hacían.
El concepto del Skywalker Ranch en mi cabeza era este sitio en el medio de la naturaleza donde cientos de artistas e ingenieros iban a trabajar a construir el mundo de Star Wars y contar historias.
Ahora bien, ese rancho que está en mi cabeza posiblemente nunca existió, o si existió ya con +30 años puedo imaginar la LADILLA de hacer commute a un bosque a la casa de un viejo millonario a trabajar y lo locked-in que terminas profesionalmente alejado de cualquier otra oferta laboral en el sector. Ojalá haya existido. Ojalá exista ese artista que ahora tiene 3 hijos y 2 nietos con un grupo de whatsapp con sus ex colegas que pone “hola muchachos les traje el café ☕☕☕☕ ¿se acuerdan la semana de crunch para Episodio I que dormimos debajo del escritorio? Mi doctor me dice que posiblemente eso es lo que me jodió la espalda. No lo cubre el seguro, pero qué arrecho lo que hicimos. Feliz semana, máquinas. 👊”
Fuera lo que fuera ese rancho, había un cierto flair con cualquier cosa relacionada de Star Wars que uno asociaba con un mínimo de calidad, curiosidad y creatividad. Estos valores se han ido perdiendo a medida que la franquicia se ha aventurado más y más y ha sido indudablemente explotada, para bien o para mal, luego de la adquisición por $4B de Disney.
Lucasfilms y Lucasarts era un producto de George Lucas, y su responsabilidad. Sin duda con la llegada de otras prioridades familiares y capaz una estrategia conservadora, este proyecto no se convirtió nunca en un monstruo del tamaño de Dreamworks o Pixar. Mucho se le critica a Lucas que tampoco fue capaz de asegurar una generación de relevo dentro de su organización. Si alguien iba a hacer 3 películas más de Star Wars, no iba a ser George. Las haría Disney y recuperaría su inversión inicial en un abrir y cerrar de ojos. Solo en taquilla The Force Awakens hizo $2B, eso es 50% de la compra.
El nivel de explotación de Star Wars venidero sería inimaginable, solo comparable con Marvel, otra inversión de la misma corporación. Vendrían series, videojuegos, películas, jueguetes, parques, hoteles y hasta neveras.
El espíritu aventurero, optimista y rebelde de Star Wars puede influenciar casi cualquier cosa, pero dudo que pueda influenciar una nevera. De la misma manera, tampoco creo que la velocidad, lujo y opulencia de un Ferrari pueda ser replicable en un teléfono Acer como se intentó en el 2010.
Recientemente hubo un escándalo porque Budweiser sacó un ad que buscaba de ser un poco más inclusivos y hasta cierto punto mofaba su pasado.
¿La respuesta? Este gráfico que me pasó mi amigo Luismi:
Independientemente de dónde esté tu corazón, yo quiero tomar un paso más allá del discurso conservador/liberal, el cancel culture y señalar que estas marcas representan algo que simplemente no existe. La cerveza es un líquido que sale por un tubo en cantidades masivas, embotellado y distribuido mundialmente. No existe una ideología real más allá de la industrialización de la alimentación humana y los grados de alcohol que llegan a tu sangre. El estilo de vida de estos licores es una ilusión, no son más que bebidas para adultos que quieren escapar sus problemas o lubricar situaciones sociales. Zizek argumenta esto:
Diseñadores articulan el significado por encima y más allá de la función. Cuando tratan de diseñar un producto meramente funcional, el producto despliega su funcionalidad como su significado. Las hachas prehistóricas, por ejemplo, eran usadas por los hombres como despliegues de poder. La artesanía excesiva de su forma no servía un uso real.
Nuestras experiencias han sido mercantilizadas. Lo que compramos en el mercado no es un producto que queremos sino una experiencia que queremos vivir.
El valor emocional de prácticamente todo es una experiencia subjetiva. Ocurre con las relaciones, tus metas, tus pertenencias y con las propiedades intelectuales que de niños nos inspiraron. Cuando una relación termina, usualmente hay una persona aliviada y una persona destrozada. Una persona se deshizo de algo que despreciaba o no le servía y la otra parte perdió algo que poseía un valor único, algo por lo que estaba dispuesto o dispuesta a seguir luchando. Este valor se pierde a medida que nos vamos decepcionando y redescubriendo.
La primera temporada de The Mandalorian nos pegó durísimo porque era la historia de un hombre sin nada que consiguió algo por lo que luchar. Mientras estábamos encerrados con un supuesto virus mortal esperando fuera de nuestra puerta, teníamos a Mando con toda una galaxia por delante y un propósito. ¿No es eso lo que todos buscamos? ¿Un propósito? Una razón para despertar, una aventura que vale la pena embarcar, un universo por descubrir, un legado. Esa es la verdadera fantasía en el corazón de Star Wars. Que te consigas a Baby Yoda y digas “soy capaz de morir por esto”.
“Those who cling to death, live. Those who cling to life, die."
— John Wick.
No existe un escapismo profesional más grande en mi imaginación que ir al campo a trabajar en ese Skywalker Ranch y de alguna manera ese sueño me llevó a estudiar en la Universidad Simón Bolívar, que básicamente es en mi mente era un Skywalker Ranch veneco.
A veces nos enfrascamos en perseguir las cosas exactamente en la manera que las imaginamos originalmente y no nos damos cuenta que al final conseguimos -sin darnos cuenta- lo que estábamos buscando.
Sin saberlo, estuve 5 años en mi Skywalker Ranch donde hice películas, animaciones 3D, videojuegos y conocí gente maravillosa que me ha acompañado toda mi vida. Y hoy mucho después tengo este pequeño newsletter y mi podcast que son mi propio Movie Magic, con mis propias reglas. Lo que que Star Wars me ayudó a mí a encontrar, y a millones de personas, no está en un rancho en el medio de la nada y nunca va a estar a estar dentro de esa nevera, tampoco cabría, es demasiado grande.
…the only people in the universe who have never seen Star Wars are the characters in Star Wars and that's cause they lived them Ted, that's cause they lived the Star Wars.
—Marshall.
En estos días leí que están construyendo el Museo de George Lucas, una cosa que parece una nave a lo Star Wars. Pum. Buenísima reflexión como siempre 💪🔥
Increíble entrada Christian! btw yo SÍ veía movie Magic y me fascinaba, en cine millonario lo mencionamos a menudo. Es más, hace no mucho me pegué un maratón. Está en youtube, un alma caritativa subió los episodios.
https://www.youtube.com/watch?v=JvxS3-7XFsA&list=PLepmcWUt_wgZxUX4s1p_-zNOVsNihYVHO