Hasbullah es un hombre con acondroplasia que a pesar de tener +18 años luce como un bebé y se hizo popular por sus videos con Khabib Nurmagomedov, un luchador de MMA. De ahí en adelante ha despegado y no voy a hacer un collage de memes porque me quedaría aquí todo el día copiando cosas. Solo digamos que le ha ido bien.
Otro creador que llegó a lo más alto de la fama fue Khaby Lame que fue de hacer reacciones como ésta:
A tener decenas de millones de vistas por video y conocer a Messi.
Su rostro expresivo junto a sus reacciones de videos estúpidos lo han hecho extraordinariamente famoso sin hacerle daño a nadie, siendo chistoso y haciendo un trabajo honesto, tal como Hasbullah.
Pero gente famosa hay en todos lados. Hay algo que comparten que los hace diferentes: son famosos más allá de sus lenguas. La mayoría de las celebridades son anglo-parlantes porque el inglés es el lenguaje que más fronteras cruza al día de hoy, pero estos dos personajes, así como muchos del social media, pueden llegarle a cientos de millones de personas porque todo lo que expresan lo hacen independientemente del idioma.
Incluso cuando hablamos de modelos y trabajadores sexuales, el idioma es una barrera y la cercanía de alguien que encuentras atractivo es una ventaja. Pero estos nuevos modelos de contenido en formatos extremadamente cortos recompensan a los creadores que pueden distribuir a cualquier segmento de la población.
Cualquiera puede ver un video de Hasbullah fumando y entender que da risa porque los niños no deberían fumar y él luce como un niño, y que es ilegal darle de fumar a un niño así que es lo mejor que vamos a conseguir. Hasbullah resuelve una pregunta de alcance mundial: ¿y si un niño se comportara como un británico en Mallorca?
La escala y el reto de hacer lo que hicieron estos dos personajes es virtualmente imposible en varios medios. Ese nivel de popularidad tan consistente a lo largo y ancho del planeta costaría millones de dólares a cualquier marca porque siempre hay que empezar por un mercado, ellos pudieron empezar por EL MUNDO.
En gaming, por ejemplo, la localización y marketing tiene que abordarse de maneras completamente distintas según el país. Sino vean cómo fue uno de los ads de Elden Ring en Japón:
Mientras que en Occidente la mejor manera de hacerme comprar el juego una 3ra vez es con esto:
🥵 🥵 🥵
He trabajado en varias industrias que sin miedo alguno escribían en sus planes de negocio milagros como “y el año que viene vamos a Brasil que tiene 200 millones de personas y como ahora en España tenemos 50 millones pues vamos a crecer 5x” y luego no ocurría porque —tal como ya lo sabían los exploradores del SXV— Brasil no es España.
Por eso vemos a tantas plataformas de social media mudarse al formato de video, y lejos de lo escrito. Este newsletter, por ejemplo, dudo que esté en otro idioma que el español o el inglés en algún punto del futuro porque yo no hablo más que esos dos idiomas (también entiendo catalán y gallego pero eso solo me sirve para ver a compañeros de trabajo hablar de cuándo va a ser la próxima declaración de independencia fallida o alguna mierda así). Los estimados de todos los hispano-parlantes rondan los 525 millones, aunque eso no me preocupa porque no tengo ni mil, lol (aunque todos esos <1000 sean increíbles y lqm ♥). Pero si un algoritmo tuviera que maximizar el alcance de mis posts tendría que entender demasiadas cosas para definir una estrategia eficiente. Tal vez existe algún chamo que solo habla mandarín que le divertiría leer Hammerspace, la única manera de hacerlo sería con Google Translate y aún así para terminar de entenderlo tendría que empatarse con una venezolana para que le explique ciertos contextos de mis posts y cuadruple ojo pelao’ con esas.
Hasbullah puede que no alcance el pote de harina en la cocina pero puede alcanzar una audiencia de 8 billones de personas.