El Escorpión
Acompáñame mientras nos adentramos a una de las vainas más representativas y nulas del mundo del fútbol.
Si creciste durante los 90s en Latinoamérica muy probablemente tuviste un padre ausente, tienes una marca en el hombro y viste este video de René Higuita haciendo el llamado Escorpión en alguna promo de televisión local cuando había un mundial de fútbol.
Tranquilos, este no es un newsletter de fútbol.
Esta jugada siempre la di por sentado y como no existía Internet nunca conocí el contexto hasta que decidí buscarlo. Varios puntos se vuelven relevantes.
Esta jugada fue realizada durante un amistoso, no un mundial.
Higuita vio al árbitro de línea levantar el banderín en fuera de juego, la pelota está muerta.
El árbitro principal decidió seguir la jugada PA’ LA JODA.
Más allá del efecto cinematográfico y atlético de René, el espectáculo de la jugada no tiene ningún valor deportivo. No es muy diferente a cuando un jugador desde la banca devuelve un balón de taquito o con alguna gambeta pa’ jodé.
Si sabes de fútbol esta jugada no tiene valor alguno, es un recurso verdaderamente innecesario y un riesgo que ningún portero correría porque no hay nada que ganar. Comparemos esto con lo que la FIFA consideró el mejor gol de la historia de la Champions:
Antes de terminar el primer tiempo de la final del 2002, Zidane patea una volea que sería el 2-1 final. No solo la acción termina en gol sino que es el único recurso que podría hacerlo porque de bajarla con el pecho el defensa hubiera alcanzado a presionar a Zidane y un disparo hubiera sido difícil. La precisión y técnica necesaria para patear así al borde del área en un momento tan decisivo no la tienen muchos jugadores.
Ahora bien, esa jugada ha perseguido a Higuita al punto que ha hecho el pajúo escorpión más de 10 veces.
Dándole crédito, ya quisiera yo llegar a esa edad pudiendo lanzarme contra el pasto de jeta sin matarme. La mayoría de las piruetas son en amistosos, la carrera de René fue envidiable y para rematar no lo mató un narco.
Hay otra jugada en particular que tiene un poco del mismo vibe que el Escorpión y es… La Chilena.
A diferencia de la volea de Zidane, hacer una buena chilena es casi imposible porque le estás dando la espalda al arco, no tienes un momentum real para pegarle al balón, encima que puede terminar en falta y hacerle daño a alguien. Pero looks cool, tan cool que cuando tenía 8 años nos mandaron a hacer un ensayo con un dibujo por Semana Santa y como yo había visto un reportaje sobre el Asesinato de Andrés Escobar dibujé a JESUCRISTO vestido de futbolista haciendo una chilena, el texto era sobre cómo metió el gol, eliminó a los romanos y decidieron CRUCIFICARLO. Después resucitó a los 3 días, jugó la final y ganaron el campeonato. Recuerdo estar particularmente orgulloso de mi dibujo de Jesús futbolista.
Bueno, mi profesor de religión me puso 20 puntos y mi creatividad se confundió con un llamado de Dios como el arbusto ardiendo en el desierto. Durante los próximos 2 meses creo que me reuní con todos los sacerdotes del colegio que me estaban convenciendo de meterme a cura solo porque mi ensayo les había parecido inspirador. No, no cogí. Recuerdo al padre Antonio decirme “Cristian, ¿sabes lo que significa la palabra vocación?” y yo así:
Todo el proceso fue una maldita ladilla y cuando veo un partido que alguien hace una chilena me da un poco de pereza porque siento que va a llegar un cura a decirme que me cambie de carrera.
A medida que he ido envejeciendo he aprendido a apreciar menos el espectáculo y más el trabajo duro y constante. En particular no existe record deportivo más mítico y colosal que los 2.632 juegos de Cal Ripken Jr. SEGUIDOS en las ligas mayores jugando de Shortstop. Bananas.
Coño, Cristian, ¿en serio todo un post a dunkear al pobre portero colombiano comparándolo con otros logros deportivos? La verdad es que no, solo estoy siendo crítico del balance entre espectáculo y técnica que muchos deportes sufren. La razón por la que Pitbull canta en partidos de baseball es porque para poder apreciar ese deporte hay que entenderlo y te lanzan a Pitbull para que no te ladilles, mientras que un carajo saltando siempre será un show por sí mismo. Carl Ripken Jr. fue ese día a trabajar como un día más y lo siguió haciendo hasta que él decidió terminar su record bajo sus propias condiciones (se tomó un día libre).
Al final del día, no todos los deportes pueden ser diseñados para el espectáculo como lo fue el deporte más bombástico e intenso de la historia: el bowling.
El fútbol es un deporte de espectáculo y eso es parte de su magia, pero eso no quita que haya escorpiones en otros lados como el escorpión que estoy segurísimo tiene tatuado ese bicho en su hombro.
la perdi con la señora llorando después del strike del tipo del bowling, que video tan gold