Hace más de 30 años en 1991 nace el Kino Táchira, un programa de televisión de lotería con premios absurdos y montos que iban creciendo más por la inflación que por la acumulación del gordo. Este post es una reflexión sobre El Ciclón del Dinero™, uno de sus segmentos.
Una modelo rica rica rica y un gocho antropomórfico metían a una persona afortunada en una cabina llena de billetes falsos durante un minuto y tenía que sacar la mayor cantidad de dinero posible mientras un fuerte viento soplaba desde abajo haciendo un torbellino. Uno como clase media baja venezolana veía esa escena y decía “verga, me vendría bien estar encerrado un minuto en una cabina llena de billetes y una fuerte corriente de aire” y seguías con tu vida hasta el próximo domingo.
Es verdad, a veces ibas a trabajar y calculabas lo que te pagaban por hora y decías “coño, esto no es más provechoso que estar encerrado en una cabina llena de billetes y una fuerte corriente de aire” pero por la mayor parte tu vida seguía bastante normal.
Parte del argumento del último episodio de mi podcast es cómo hoy en día absolutamente todo lo que nos rodea tenemos que compararlo con ganarnos la lotería y esta semana lo sentí magnificado con todo lo de la Copa América. Ver el torneo desde Europa es imposible sin joder tu ciclo circadiano, uno de los mecanismos de control de la energía en el cuerpo. Los partidos son como a las 3 de la mañana cuando ningún lugar está abierto y es normal no poder disfrutar los 90 minutos del deporte más hermoso del mundo si estás con ganas de mimir.
Yo no sigo fútbol pero he visto mucha gente lamentarse que no pudieron ver el partido con Edgar Ramirez y Danny Ocean. El FOMO de las redes sociales los hace sentir vergüenza que no están en Estados Unidos para ver un juego.
Yo creo que hubo un punto donde Internet comenzó a freírnos el cerebro y fue esta foto. (ignoren que 3/4 de esta gente está cancelada o acusados de chancear con menores)
Yo tengo la teoría que cuando uno ve una selfie grupal hay un instinto de buscarse a sí mismo y hay una mini-decepción cuando no nos encontramos. Y es verdad, ¿por qué estoy viendo una foto tan íntima si no tiene nada que ver conmigo? No es un retrato de Obama o un evento histórico. Las redes sociales han amplificado este sentimiento a la 100x.
Es como si el Ciclón del Dinero estuviera encendido las 24h y yo no estoy dentro. Pero he ahí la pesadilla de esta gente, ellos tienen que estar atrapados dentro del ciclón del dinero para sobrevivir. Su trabajo es ser famosos, para bien y para mal. Esta foto es famosa precisamente porque son solo 12 personas absurdamente afortunadas. Las dimensiones de las paredes de acrílico del Ciclón del Dinero son muy reducidas y máximo cabe una persona, 2 si están apretaditos. Cada uno de ellos es un árbol que fue sembrado en un vivero de Madrid y el resto de los árboles crecimos en Baruta esperando nuestra sentencia de muerte por parte de la alcaldía. Con algo de suerte tal vez una abogada meta un recurso, un militar soborne a los obreros o salga empistolado a prohibir nuestra tala.
Se siente imposible “ser el mejor” en nada. Si vas a un restaurante, te puedes sentir triste porque un influencer fue y pidió más comida y sus fotos son mejores. Cuando vas de vacaciones tus videos no tienen el mismo dinamismo que el carajo con 3 mil dólares en equipos y eres una mierda en Warzone porque no ganas un tercio de los lobbies en los que droppeas. Sin hablar el daño que hace el porno y cómo nadie puede coger al nivel de gente hasta el culo en drogas y tratamiento de reemplazo de hormonas que claramente están actuando.
Es verdad que podemos decidir no sentirnos así pero absolutamente toda nuestra sociedad hoy en día gira alrededor de estos impulsos y evitarlos es una tarea de tiempo completo porque el culto a la personalidad se ha expandido a cualquier nicho posible.
Este newsletter le llega a los buzones a 1400 personas, lo leen unas 800 y mi podcast lo escuchan alrededor de 400, más o menos. Comparado con cualquier proyecto multi-millonario estos números son muy humildes. De hecho, se consiguen en segundos en muchas plataformas. Pero tener una audiencia de este tamaño solo por decir lo que pienso, sin ser joven o atractivo, sin divulgar de un tema en específico es —en mi opinión— bastante respetable. Sin embargo, hay un objetivo que me ha dado vueltas la cabeza y que creo que va a ser mi foco y lo copié del último video de Mortismal Gaming que habla de sus juegos favoritos y cómo “Baldur's Gate 3 pagó por su casa”. Suena ambicioso pero debe ser interesante hacer un poco de reverse engineering a una meta. Porque hay una diferencia entre esperar ganarse la lotería y hacer algo que produzca dinero de lotería. También hay espacio para querer más y tener hambre de éxito, solo que no creo que ese espacio pueda ser este proyecto o que uno deba aplicar eso a EXISTIR y que toda capa de tu vida tenga que ser Contenido™.
Cuando saqué el video de Oscar Perez mi amigo Alonso me dijo esto,
Yo tengo los mejores amigos del mundo y estoy seguro que les alegraría que me ganara la lotería. Se escucha mucho de gente exitosa decir esa frase de “estar listo cuando el éxito toque a tu puerta”, solo que la oportunidad es 1/1000000 y estar listo implica bastante trabajo cuando cuidas de tu abuela de 88 años, mantienes a tu familia en Venezuela, trabajas llevando una organización de ingeniería de más de 40 personas y tratas de mantenerte saludable porque tienes predisposición de sufrir hipertensión arterial. Hay semanas que se me hace imposible sentarme enfrente de una cámara y hablar con la seguridad de un hombre blanco en sus late 30s. Este es un proyecto personal pero no es el ciclón del dinero ni tiene por qué serlo. Creo que nadie tiene que ver su vida con esa óptica. Yo estoy muy feliz que si bien el video de Oscar Perez no me cambió la vida, al menos hice reír a mis amigos y hay más gente que sabe que Óscar nunca fue un doble agente del gobierno ni un propagandista, solo un carajo que le apasionaba su trabajo, amaba su país y se le dio la oportunidad de hacer una película.
Mi punto en general es que hoy en día se siente que todo lo que hacemos tiene una barra altísima y si no le llegas te sientes como un impostor. Es fácil resbalarse y vivir amargado porque no has tenido tu minuto dentro del ciclón del dinero y quieres agarrar al gocho antropomórfico del Kino y darle una coñaza y cabalgar hacia el horizonte con la modelo que lo acompaña.
Tenemos más herramientas que nunca para ser felices pero tenemos la barra mucho más alta estar satisfechos.
Una Bulla
Gracias por el apoyo a: Carlos, Malbanyat, Ciro, Daniel, Daniel C., Daniel P., Elena, Elias, Fabian, Guillermo, Hugo, Isni, Jose, Juan, Melecio, Moi, Nei, Paolo, Ricardo y Rodrigo. lqm 🙏
A pesar de seguir luchando contra mi adicción a instagram, soy muy consciente de que no es la vida real, y tus reflexiones me han ayudado a mantenerme alejada de la tentación de compararme con gente que no conozco en realidad y cuya vida gira en torno a vivir y sobrevivir en el ciclón del dinero, alta analogía btw.
Que bueno estuvo.