El Ciclo de Bumble
Un deep-dive al uso de las aplicaciones de citas desde la perspectiva masculina.
De verdad me pregunto de qué voy a hacer videos cuando termine House of the Dragon, pero not today. El octavo episodio fue UN PALO y un adiós al que sin duda ha sido la estrella sleeper de la serie.
Video de la Semana
Me rindo, vivimos en una simulación.
Good to Know
El Overview Effect hace de las suyas con William Shatner
¿Por qué hay flamingos en los jardines?
¿Cómo que el universo no es real?
Recomendación de la Semana
Esto va a sonar como una pendejada, pero creo que es la mejor recomendación que le puedo dar a la mayor cantidad de gente posible: apaga tu feed de imagen en tu pantalla durante una videoconferencia. No te preocupes por cómo te ves.
No tienen idea la cantidad de espacio en tu cerebro que ocupa el verte reflejado en video con una pequeña latencia.
Las reuniones se volverán más tolerables, participarás con más fluidez y al final del día estarás mucho menos cansado.
Me agradecen luego.
Meme de la Semana
Entre Chrises nos defendemos.
El Ciclo de Bumble
Cada par de años construyo un poco de confianza emocional para bajarme un app de citas y borrarla luego de unos meses al no conseguir absolutamente nada excepto ver fotos de mujeres por 10 minutos al día.
Esta vez hice match un par de veces, en una ocasión la caraja me dijo que acababa de salir de una relación y no estaba buscando sino amistad y alguien que le recomendara un sitio de sushi al que ir el fin de semana. Hay que tener un ego gigantesco y una lobotomía encima para buscar recomendaciones en un app de citas en lugar de usar Google Maps o Tiktok. Desinstalé Bumble poco después.
Creo que hay algo fundamentalmente roto en nuestra sociedad en cómo hemos definido estas primeras impresiones en un par de fotos, pero peor aún la idea que consumir contenido es parte de nuestra identidad. Algo extremadamente común en las apps de citas es decir que te gusta The Office. A todos nos gusta The Office, las personas que no les gusta The Office es porque no la han visto porque trabajan … en The Office. Y aún así esas personas disfrutaron el documental que se hizo en la misma serie sobre sus vidas. Al final a todos nos gusta The Office.
No sé cómo resolver un problema tan fundamental, pero todas las aplicaciones están orientadas en primeras impresiones, una de ellas sí que está resuelta: tomarnos fotos. Todos sabemos en qué fotos salimos bien y sabemos si nos cogeríamos a alguien en un intérvalo de 20 segundos luego de conocer a la persona.
Todo lo demás, no mucho.
Casi todos somos terribles hablando de nosotros mismos. Mucha gente es exigente. En lugar de hablar de quiénes son, hablan de lo que NO quieren encontrar. Y muchas veces son cosas obvias como “no me gustan las mentiras”. Well, ok 🤝. O “si eres un machista de mierda swipe left”. Bueno, no lo soy pero la verdad tampoco siento que lo primero que quiero escuchar conociendo a alguien es que me digan qué NO quieren.
Ya con 36 años he aprendido que nuestra perspectiva de lo que una conexión debe ser viene de Hollywood, y eso está escrito en su mayoría por guionistas emocionalmente incompetentes, y … son películas. Una conexión saludable es que alguien te escriba, te pregunte cómo estás, tengan curiosidad por tu vida y quieran pasar tiempo contigo; obvio que tú también tienes que hacer lo mismo. Es el ejercicio de abandonar el ego para poder ser autocrítico y perceptivo.
La otra es que lo que llamamos una conexión puede ser fácilmente que conseguiste alguien con quien te sientes cómodo hablando y esa comodidad es altamente replicable si eres extrovertido o simpático. No es por ser manipulador, pero este flow de conversación no es tan especial como creemos y es accesible con cualquier persona si ambos se los proponen. Muchas veces gira alrededor de hobbies y cultura popular porque tenemos confianza hablando de esos tópicos que compartimos y no hay consecuencias o responsabilidades de cargar con esas opiniones. Yo perfectamente puedo hablar con quien sea, incluyendo Nicolás Maduro, de House of the Dragon, pero si fuéramos a tener una discusión seria sobre nuestra visión de los derechos humanos seguro que nos entramos a coñazos como Peter Griffin y el pollo.
Creo que estas aplicaciones están también optimizadas para iniciar relaciones, pero no para terminarlas. El elemento acumulativo emocional de empezar a hablar con desconocidos y luego dejar de hablarles puede ser verdaderamente agotador dependiendo de tus inseguridades y empatía.
Pero bueno, llevo demasiado rato filosofando sobre horny apps que solo sirven para coger. Es lo que hay, solo me sorprende que en 10 años que llevan existiendo estas apps, sigan teniendo exactamente los mismos problemas.
No quiero descorazonar a nadie a buscar el amor en estas aplicaciones o en el día a día. Al final, si dos personas se ven y deciden quererse, seguramente lo hagan. Probablemente a ambos les gusta The Office, pero eso no tiene nada que ver.