Existe una situación donde un chiste nunca aterriza y es cuando alguien echa un cuento que es sobre alguien más contando un chiste, un chiste dentro de una historia. En una era llena de especiales en Netflix y un Instagram plagado de crowd work y rutinas, no hay nada peor que contarle a alguien un chiste que lo contó alguien más. Lo mismo ocurre al mostrar un meme.
Me ha tomado años perfeccionar el mira este meme. Estás con alguien y le muestras un meme, la persona lo lee y hay como una presión rara. No se ríe. Te quieres morir. El truco es no decir nada. Introducir el meme en su mano o pasárselo sin mediar palabra aunque estés al lado. Solo dices “revisa el teléfono” o le pones la pantalla en la mano y cruzas la mirada. El truco es no solicitar nada, porque así llegan los memes a tu vida, sin buscarlos. Es como el deja vu del gato en The Matrix.
“Hay un chiste de John Mulaney que compara tener novia con tener una vaca gege” ¿Quién coño va a soltar una carcajada con ese comentario? Parte de la magia de un chiste es el contexto en el que ocurre. La gente se ríe muchísimo en los bares de standup porque es un grupo de gente entusiasta del humor, borracha, que pagó por reírse. No es que todo el mundo que se sube a la tarima es Don Comedia, es que la gente está ahí para eso. La razón por la que describir un meme a alguien no funciona es porque no es el tiempo ni el lugar, igual que contar cómo alguien contó un chiste.
Luego está la otra magia del humor: la cadencia del chiste. Es todo un arte el saber cuándo reír y cuándo callarse. La valentía de un chiste está su silencio. Soltar el chiste y dejarlo respirar. No rematarle el chiste a alguien más es un acto de amor y agradecimiento. Hay gente que no deja que el chiste termine e inmediatamente dicen jajaesjodamariconotepiques o “es lo que diría mi vecino homofóbico”. Es como si la gente tuviera miedo de perder su trabajo las 24h del día. Esta idea de complacer a todo el mundo con todo lo que dices es insostenible. No existe una expresión más pendeja de esta cobardía que Cards Against Humanity. Odio esa mierda. La dinámica es “vamos a sentarnos y dejar que el azar articule frases racistas”, oh noooooooo…
Esos chistes y frases no son de nadie, no hay riesgos, no hay nada, no hay alma. Ojo, si alguna vez jugué CAH contigo, seguramente me divertí porque fue un maldito fever dream y hubo un momento donde comenzamos a aburrirnos y articulé “ok, por favor dejemos de jugar esta basura o me voy”.
La verdadera cultura de la cancelación es dejar de decir y hacer un montón de cosas porque se van a incomodar un montón de payasos a los que no les debes nada. Hay cosas que dices que no le van a gustar a todo el mundo, pero eso no significa que no las debas decir. Hay cosas que sí, ojo. Hay veces que cuando dices algo, hay una víctima y está bien querer que no hayan víctimas. Pero si la única víctima serías tú, tal vez no estás tan comprometido con el chiste.
Les dejo mi chiste favorito.
En fin, ese es el contexto. Por último, les dejo un manual práctico.
Manual de Cómo Enseñar un Meme en Persona
Paso 1
Enviar el meme o ponerlo en una pantalla. No dejar de interactuar con los alrededores.
Paso 2
Discretamente señalar a tu amigo la pantalla donde encontrar el meme. No perturbar nada más allá que ese ligero codazo para llamar su atención.
Paso 3
Esperar en absoluto silencio, ahogado en la soledad que habita detrás de tus ojos. Abandonar cualquier expectativa de aprobación, rechazo o consciencia. No te rías, no llores, no sufras. Solo respira.
Paso 4
Ascend.
Una Bulla
Gracias por el apoyo a: Daniel, Ricardo, Paolo, Jose, Elias, Carlos, Elena, Rodrigo, Guillermo y Malbanyat..
lqm. 🙏
Norm shredding as usual.