En Internet existe una estragegia llamada don’t feed the troll que consiste en no darle cuerda a saboteadores y subnormales que lo único que quieren es arruinarte el día. Por mucho tiempo, y aún en esta modernidad que vivimos, ha sido la mejor estrategia para navegar discusiones abiertas. Ignorar y no pararle bola a los ataques es el resultado más positivo para ti porque no tienes que rebajarte al nivel de personas que lo que quieren es sentirse superiores y joder.
Desde el 28 de julio no me he cortado en dar mi opinión sobre temas de Venezuela y en consecuencia sobre nuestra migración. A veces las cosas que publico resuenan con la gente porque las digo desde la empatía. No es una empatía falsa y performativa. Soy venezolano, soy inmigrante, tengo familia en venezuela, mis amigos tienen familia en Venezuela y siento cercanía con cualquier lucha por prosperar porque yo llegué a España sin nada. Si bien al día de hoy yo me encuentro tranquilo, saludable y en una posición privilegiada, estoy claro que todas esas cosass pueden cambiar de un momento para otro y hay que protegerlas. Para que esa protección sea fuerte, no podemos ser egoístas y hay que protegerlas entre todos.
Sé que la empatía no está de moda y es muy fácil banquear déspotas y decir “it is what it is bro” pero yo no soy así. Mezclado con que estoy auténticamente harto de ser un people pleaser se me agotó la paciencia.
El otro día puse este tweet,
Y la respuesta fue mayormente positiva. Yo no soy un influencer político, no sé nada de política y nadie me paga por hablar de política. Tampoco espero hacerlo, aunque creo que es el mejor momento para sacarle dinero al tema y los próximos 4 años (al menos) no van a hacer falta guionistas porque las estupideces se van a escribir solas. También parte de la respuesta fue negativa y eran un montón de animales con daño cerebral y sin ningún conocimiento del tema básicamente jalándole bola al status quo como si aferrarse a ese orden los hiciera ciudadanos ordenados de primera clase.
Existe un tipo de latinoamericano, o ser humano en general, que piensa que no tener empatía es una especie de fortaleza. Lo cual es verdad, estoy seguro que si había un judío cabeza e’ chota durante el Holocausto que estuviera dispuesto a abandonar a su familia iba a poder escabullirse con más agilidad en el bosque. El tema es que luego iba a vivir una vida indigna con el arrepentimiento más grande que puede existir: habiendo sido un cobarde.
Sé que hay gente que piensa que me estoy rebajando al interactuar con gente así. No lo estoy. Son mis Community Notes. Hablar mierda está saliendo muy barato en Internet y creo que si hay que ponerle aranceles a algo es a eso. Yo sé que esa gente no va a cambiar de opinión porque no están ahí para aprender o advocar por algo, están ahí para pelear. Yo tampoco estoy tratando de educarlos y me cuesta cero euros y medio minuto escribir una respuesta.
No estoy flexing mis años de experiencia en xbox live o Dota 1 soltando bottom shelf baits, solo considero que hay que devolverle a la gente la energía que te entregan si el tema es debatir sobre derechos humanos. Ellos están perdidos, pero sí creo que los demás tienen que ver aún hay gente que los apoya. También hay gente con la que se puede tener un debate sano y la diferencia es clara. No nos engañemos.
En estos días había todo un trend sobre “tampones en el baño de hombres” en Meta.
Yo trabajé en Big Tech, sé lo que gana esta gente. Les juro que tienen suficiente para comprarse sus propios tampones. También entiendo que la inmensa mayoría de la gente que trabaja ahí no son trans, y que esos tampones capaz no los usa nadie. Esta gente está también construyendo un datacenter del tamaño de Manhattan. Entre poner tampones en el baño y construir un datacenter, ¿qué problema creen que es más complejo? Les voy a ahorrar millones de dólares a estos gigantes de Silicon Valley en PR y unwanted attrition, pongan esto en un recibidor entre los dos baños:
Listo, problema resuelto. Si el objetivo es que cualquiera pueda meterse un tampón en el orto, o echarse perfume o pasta de dientes en los pezones, esta es la solución real a todos los problemas. Podemos diseñar los baños de una manera que sean prácticos, ofrezcan privacidad e inclusión para la gente más privilegiada en la historia de la humanidad.
Es como raro que lo que hay en los baños de una oficina sea un tema de debate mundial. Personalmente no me importa lo que hay en los baños de Meta porque no trabajo en Meta. Y aún así si trabajara solo me importaría lo que hay en el baño de la oficina a la que asisto cuando tengo que usarlo.
De verdad vamos a ponerlo en perspectiva: en este momento hay cientos de millones de personas leyendo y preocupadas por lo que ocurre en un espacio super específico de un puñado de metros cuadrados donde millonarios cagan y mean. Es absurdo. Por el otro lado, hay decretos y órdenes ejecutivas que van a afectar el destino de al menos 600 mil venezolanos. Yo sí creo que la mejor manera de pelear contra eso es que cualquiera que comulgue con esas ideas xenófobas e intolerantes pague un precio. No puede salirte gratis como sociedad ser un pajúo. El precio de eso puede ser amistades, oportunidades y la simpatía de la gente a tu alrededor. Hay psicópatas que eso los llena de vida y les da propósito, es verdad, pero me da igual.
Honestamente, si el precio a pagar por tener ideas de mierda es que yo te diga que te mudes a la Victoria, compres un terreno y siembres una parcela de güevos para mamártelos toditos, eso es una ganga comparado con lo que te mereces.
Una Bulla
Gracias por el apoyo a: Carlos, Malbanyat, Ciro, Daniel, Daniel C., Daniel P., Elena, Elias, Fabian, Guillermo, Hugo, Isni, Jose, Jose Javier, Juan, Lino, Melecio, Nacho, Moi, Nei, Paolo, Ricardo y Rodrigo.
Lol, eso de LIGMA creo que lo voy a usar... Dime cuál plan de Creative Commons suscribiste para darte autoría
Todo, lo suscribo, y de paso te acompaño en la cruzada.