En los bajos fondos de Internet estamos viendo cómo la información cada vez se recicla más y más. Vemos los mismos fragmentos de podcasts, episodios de lo Soprano, chistes de Family Guy o cualquier tipo de c̶̢̮̻̾̌o̷̩̙͑̌̅n̸̘̩̘̍t̸͙͇̘̅͑͝e̵̜̘͔̔̔̀n̴̺͇͖̔į̴̅ḏ̸̳̋͜o̵͔̚ despedazado y arrimado a gameplay de Subway Surfer. No hay respeto alguno por la propiedad intelectual, no hay autonomía en qué vas a ver a continuación y tu cerebro no hace más que ser micro estimulado por horas y horas.
El resultado es que nuestras mentes no pueden aburrirse. Se niegan a hacerlo. Cualquier estímulo de larga duración es insuficiente, cualquier pausa un agujero del que tenemos que arrastrarnos y cualquier tarea de más de un paso se vuelve una niebla. Esto es el brainrot.
Recientemente me conseguí este artículo que me pareció revelador y puso en una imagen algo de lo que llevo casi más de un año tratando de comunicar.
Creo que como individuos tenemos que recudir el tiempo que estamos yielding. Sin embargo, no solo no lo estamos reduciendo, estamos optimizando nuestras vidas para estar yielding. Los algoritmos cada vez son mejores, la tecnología cada vez más barata y la facilidad de consumir c̶̢̮̻̾̌o̷̩̙͑̌̅n̸̘̩̘̍t̸͙͇̘̅͑͝e̵̜̘͔̔̔̀n̴̺͇͖̔į̴̅ḏ̸̳̋͜o̵͔̚ sigue subiendo.
Pregúntate esto, ¿Cuándo fue la última vez que te esforzaste en tener diversión?
Hay Demasiada Gente Estúpida Famosa
En las últimas semanas Joe Rogan ha tenido en su podcast a un arqueólogo que dice que hubo una GRAN civilización que le enseñó todo a las demás civilizaciones, o alguna mierda así, que desapareció de la faz de la Tierra y no sabemos nada. Luego tuvo a un carajo que cree que la llegada a la Luna fue un invento. Ni intenté escuchar los episodios, me indignó siquiera asomarme y que clips me salen por todos lados. Por favor ni los busquen, es insoportable.
No pienso que a esa gente hay que “silenciarla” ni mucho menos, pero no creo que haya valor alguno más allá del LOL de llevarlos al podcast más grande del mundo.
El problema es que este c̶̢̮̻̾̌o̷̩̙͑̌̅n̸̘̩̘̍t̸͙͇̘̅͑͝e̵̜̘͔̔̔̀n̴̺͇͖̔į̴̅ḏ̸̳̋͜o̵͔̚ le hace cosquillas al algoritmo y sube como la espuma. Y como lo estimulan las controversias, ¿adivinen qué aman los algoritmos? Cuando funan a alguien.
Cada otra semana hay un clip de algún podcast donde alguien es ajusticiado por la corte de la opinión pública. El último caso era el de una mujer que decía que no cogía con feos. ¿A qué punto de ocio hemos llegado que te puede interesar con quién quiere coger una mujer que no conoces, de la que estás a miles de kilómetros y —esto es lo más importante— no te contribuye con el alquiler? Estás yielding en el escalón más bajo del entretenimiento.
Puedes tener esa discusión, pero al menos ve a un parque o un bar a tenerla. Touch some grass. Estas ideas son estúpidas porque vienen de gente excéntrica pero no son ideas enriquecedoras que merezcan tu tiempo. Ni siquiera están trabajadas.
No me voy a volver un supremacista de las ideas. El problema en cuestión no es si crees que ponderar sobre coger feo o no es una discusión de altura. Mi problema es que absolutamente todo el discurso digital se ha optimizado a ese nivel y terminas aprendiendo cosas en contra de tu voluntad. No pido mucho.
Es Fácil Rendirse
Es muy fácil ver 10 episodios de una serie de mierda solo porque no tienes nada mejor que perseguir, o hundirse en el teléfono, pero es posible que el daño que le haces a tu cerebro requiera nutrición y hasta medicación para volver a concentrarse.
No creo que hay que cerrarnos por completo a las redes o las recomendaciones automatizadas. De vez en cuando dejarnos llevar por lo que está en la pantalla es una forma válida de entretenimiento y es tan accesible que nunca se va a ir a ningún lado. Pero esto no ocurre con hábitos como leer una novela, ir al gym, cocinarte algo rico.
Siempre vas a poder abrir el teléfono y perder el tiempo, pero sin quererlo puede que estés volviendo mierda hábitos más enriquecedores. Es tan fácil perder tiempo en el teléfono que nunca vas a dejar de hacerlo. Puedes pasar años sin revisar Twitter o Instagram y el mismo día que vuelvas vas a sentir exactamente lo mismo que cuando lo dejaste. No es un hábito que tengas que proteger.
COD Brainrot
Esto último es un reflejo máximo del yielding. Muchos no lo saben pero hay millones de jugadores de Call of Duty que no les gusta el juego y no pueden jugar nada más porque esperan que todo sea Warzone y esa experiencia de cuando todos sus amigos estaban cayéndose a tiros en Verdansk. Le dediqué un episodio a ese fenómeno.
Esto es lo que muchos llaman el COD brainrot, porque cada vez que sale un FPS existe una comunidad gigante de gente que se frustra porque el juego no es Warzone y no son inmediatamente buenos tan pronto lo encienden.
Uno de los juegos más populares de Steam tiene este score:
Obviamente hay gente que le gusta muchísimo, ignoran todo esto y son felices saltando de su helicóptero. Mi tema es con los que sufren de COD brainrot es que son activamente tóxicos en una comunidad donde hay miles de alternativas. Puedes jugar otra cosa.
Pero ahí sale el dilema del yielding, es obvio que puedes hacer otra cosa pero no lo haces. Es obvio que puedes ver una serie mejor, es obvio que hay otros juegos, es obvio que puedes no abrir tiktok y hacerte un sanduche para cenar en lugar de pedir algo. Es obvio pero no es más fácil.
No todo lo que hacemos puede ser living porque tenemos un límite de energía, así sea social. Lo que sí podemos es ser cuidadosos de evitar que mucho de lo que hagamos sea yielding y sea pleasing porque puede que requiera el mismo esfuerzo y será mejor. Asociamos la pregunta de “¿no tienes nada mejor que hacer?” como un ataque personal a nuestros criterios e integridad, pero no lo es si la perspectiva es “¿no tienes cosas más divertidas que hacer?”
Puede que la moraleja de este post sea que en lugar de ver el teléfono vayas a conducir bajo los efectos del alcohol.
Una Bulla
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